La operación de histerectomía vaginal para la extirpación del útero permite llevarlo a cabo sin dejar cicatrices visibles en la paciente, ya que el abordaje es desde la vagina. Con esta técnica se puede tratar tanto crecimientos malignos como benignos, siendo su principal ventaja la reducción de la estancia hospitalaria a tan sólo 2 días y la reducción de los días de postoperatorio. La histerectomía vaginal es la técnica quirúrgica recomendada para la extirpación del útero, siempre y cuando sea factible según las características de la paciente.
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La operación de histerectomía vaginal permite la extirpación del útero desde el interior de la vagina. Las cicatrices tras esta intervención son imperceptibles.
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Técnica quirúrgica de mínima invasión para la extirpación del útero
La operación de histerectomía vaginal consiste en la extirpación del útero a través de un abordaje que se realiza por la vagina. Esta intervención se realiza principalmente debido a crecimientos anómalos de tejidos en el útero, como son los miomas uterinos, o debido a otro tipo de patología que veremos a lo largo de este artículo.
La operación de histerectomía vaginal es la técnica recomendada en los casos en que sea factible su realización en base a las características de la paciente y la experiencia del cirujano.
Llamamos histerectomía al acto quirúrgico de extirpar y extraer el útero y/o sus anejos de la cavidad pélvica de las mujeres que padezcan cierto tipo de enfermedades. Dentro de la cirugía de extirpación del útero encontramos varios tipos de clasificaciones, sobre todo si atendemos al tipo de operación y a la cantidad de tejido extirpado.
Dentro de los tipos de histerectomías atendiendo a la técnica quirúrgica encontramos 3 tipos distintos:
Si consideramos una clasificación de las intervenciones de la extirpación del útero según el porcentaje de órganos reproductores femeninos extirpados podemos encontrar:
Por tanto, definimos los tipos de histerectomía vaginal como:
Tipos de histerectomía vaginal
Técnicas quirúrgicas para la operación de histerectomía
En España la operación de histerectomía es la número uno entre las intervenciones quirúrgicas ginecológicas mayores, siendo superior a 50.000 intervenciones al año. De ellas, en torno al 65% se realiza por vía abdominal, un 25% por vía vaginal y cerca de un 10% por vía laparoscópica. Las indicaciones para decidir llevar a cabo una histerectomía haciendo uso de una u otra técnica son cada vez menos restrictivas debido a la mejora de los procedimientos, la mejora en los cuidados preoperatorios, intraoperatorios y postoperatorios y a las reducciones de las complicaciones a medio y largo plazo. Es por ello, que la elección queda reducida al acuerdo entre los cirujanos ginecólogos y a las pacientes, debiendo abordar de forma conjunta una u otra vía de abordaje teniendo en cuenta las ventajas y los inconvenientes de cada una de ellas.
La operación de histerectomía vaginal ha sufrido, a lo largo de la historia de la cirugía, numerosos aumentos y descensos a la hora de tomarla en consideración como técnica quirúrgica de primera opción. Esto se ha debido a los avances continuos en esta área quirúrgica concreta y de la introducción de otras herramientas terapéuticas que han ido desplazando a esta técnica en virtud de otras. La aparición de la laparoscopia como ayuda en la intervención quirúrgica por vía vaginal, unida a otras mejoras concretas, está permitiendo un nuevo repunte en su uso durante los últimos años.
Se presume que la primera operación de histerectomía (extirpación del útero) fue realizada por vía vaginal en la antigua Grecia hace más de 2500 años y, desde entonces ha ido incorporando mejoras en la técnica y en las condiciones pre y postoperatorias que tras periodos de rechazo por parte de la comunidad ginecológica ha ido aumentando en su utilización en los últimos tiempos.
Con la aparición de las primeras histerectomías abdominales con buenos resultados a finales del siglo XIX (la primera operación documentada fue una extirpación exitosa de miomas uterinos por vía abdominal en 1844), la práctica de la operación de histerectomía vaginal fue reduciéndose hasta ser sólo utilizada en pequeñas escuelas europeas y prácticamente solo indicada para la cirugía de los prolapsos uterinos. La reciente introducción de la laparoscopia ha vuelto a hacer emerger a la vía vaginal como primera técnica quirúrgica para la resolución de un cada vez más amplio abanico de enfermedades asociadas a los órganos pélvicos de la mujer con indicación quirúrgica.
Las principales indicaciones para la realización de una operación de histerectomía vaginal son:
La operación de histerectomía vaginal se indica en un número cada vez mayor de patologías ginecológicas, sobre todo en miomas uterinos aparecidos en mujeres de edad avanzada. La elección de una técnica quirúrgica sobre otra dependerá del consenso alcanzado entre el cirujano ginecológico, la paciente y su familia, teniendo en cuenta las contraindicaciones o recomendaciones establecidas para cada tipo de intervención quirúrgica.
Por consenso, las principales consideraciones que deben tenerse en cuenta en lo que respecta a las características de las mujeres para que sea posible la operación de histerectomía vaginal son:
En la primera consulta con el especialista en ginecología la paciente va a poder explicar los síntomas y signos que le acontecen. En este acto médico la paciente debe aportar todos los estudios y resultados que le hayan realizado para diagnosticarle la patología actual de manera que el especialista en ginecología pueda completar su diagnóstico de la mejor forma posible y afinar en la indicación de la intervención quirúrgica así como en el tipo y tiempo de operación.
En el transcurso de la entrevista, es posible que el especialista en ginecología necesite realizar alguna prueba extra que sea necesaria para confirmar el diagnóstico o que apruebe otro punto de vista. En ese sentido, cualquier prueba adicional se puede gestionar con nuestro departamento de atención al paciente para poder acceder a las mismas en la mayor brevedad posible y en las mejores condiciones.
En esta entrevista, la paciente puede y debe preguntar todas aquellas dudas que le preocupen entablando con ello una relación médico-paciente que beneficie en lo máximo posible el tratamiento final. Si tras la valoración por parte del profesional médico y la resolución de dudas o cuestiones por parte de la paciente se acuerda entre ambos la realización de una operación de histerectomía vaginal para solucionar de forma definitiva el problema de salud, por ejemplo miomas uterinos, se procederá a escoger una fecha para la realización del preoperatorio, la consulta con el anestesista y la fecha y hora de la intervención quirúrgica.
El preoperatorio antes de la operación de histerectomía vaginal es un momento importante dentro del proceso de enfrentarse a una intervención quirúrgica. La paciente debe acudir al hospital en la fecha que él y el médico han acordado con anterioridad. Una vez en el hospital se procederá a la realización de las tres pruebas que hemos comentado con anterioridad. Previamente a la visita del preoperatorio, la paciente podrá consultar con nuestro departamento de atención al paciente cualquier duda que tenga sobre la documentación necesaria para ello. Decir también que cada paciente tiene un asesor personal asignado para solventar cualquier duda que tenga la paciente en cualquier momento del proceso.
El preoperatorio de la histerectomía vaginal consta de 3 tipos de pruebas:
Tras la realización de las pruebas preoperatorias comentadas en el apartado anterior, se producirá ese mismo día u otro, según el consenso alcanzado entre la paciente y el anestesista, la consulta de anestesia previa a la operación de histerectomía vaginal.
En esta consulta el especialista en anestesia que va a acompañar al paciente durante la intervención puede interpretar los resultados de las pruebas realizadas y realizar una historia clínica completa de la paciente buscando medicación habitual u otras patologías crónicas que le afecten de forma permanente o puntual. Toda esta información es básica e imprescindible para que el anestesista pueda elegir la forma más adecuada de anestesia para la persona que se va a someter a una intervención quirúrgica.
Generalmente la anestesia de una operación de histerectomía vaginal puede ser de dos tipos:
En este momento, se recomienda también que la paciente solvente cualquier duda que pueda tener sobre la anestesia en la operación de histerectomía vaginal y la recuperación postoperatoria de la misma.
La paciente acudirá al hospital de referencia el día y a la hora programada tras su cita con el cirujano ginecólogo. Al llegar al hospital, la paciente debe aportar todos los documentos que sean necesarios para llevar a cabo la operación de histerectomía vaginal. Como hemos comentado, el asesor personal del departamento de atención al paciente asignado ayudará a la paciente con toda la documentación requerida.
Tras ello, se acompañará a la paciente a una habitación individual con cama de acompañante, lugar donde permanecerá hasta el inicio de la cirugía. Ya en la habitación, se le proporcionarán todas las recomendaciones necesarias para la preparación de la operación de histerectomía vaginal en las horas previas a la misma.
Normalmente no debe ingerirse ni alimentos ni líquidos al menos 8 horas antes del momento de la operación con el fin de asegurar que el estómago permanezca vacío en el momento de la inducción de la anestesia. En ocasiones es posible que se inicie la administración de antibióticos de forma profiláctica ya que se ha advertido que la toma de éstos disminuye de forma significativa la frecuencia de infecciones postquirúrgica. En otras ocasiones esta administración de antibióticos se restringe a 10 minutos antes del comienzo de la histerectomía.
Es posible que esa misma noche se le administren sustancia anticoagulantes en forma de pinchazo con una jeringa precargada en el abdomen. Estas medidas antitrombóticas son muy habituales para prevenir la aparición de coágulos, sobre todo si se prevé una inmovilización en cama prolongada.
Al día siguiente, por la mañana o unas horas más tarde de su ingreso hospitalario, según el horario previsto para el inicio de la operación de histerectomía vaginal, se procederá a conducir a la paciente a la sala quirúrgica donde le esperan el anestesista, el cirujano ginecólogo con el que llevó a cabo la consulta y uno o dos componentes del equipo de enfermería.
En ese momento se encontrará con el anestesista que le asistió en la consulta de preanestesia, el cual objetivará la normalidad de las constantes vitales de la paciente, de no habelo hecho previamente, procederá a canalizarle una vía venosa periférica a través de la cual se procederá a la administración de los fármacos anestésicos y a la dosis de antibiótico si fuera necesaria.
A partir de ese momento el anestesista no se separará de la paciente durante toda la intervención asegurándose de la perfecta monitorización de las constantes vitales de la misma.
Una vez la paciente se encuentra anestesiado y controlado se procederá a su colocación en la posición quirúrgica necesaria para la realización de la histerectomía vaginal. Generalmente se colocará al paciente en posición de decúbito supino con las piernas abiertas y sobreelevadas a una altura superior al eje horizontal del cuerpo.
Los glúteos de la paciente se colocarán en una de los bordes pequeños de la camilla de quirófano de forma que sobresalga unos centímetros, facilitando así la maniobra de exploración y la extirpación del útero. Generalmente se debe evaluar el aparato genital interno y su nivel de fijación mediante tacto vaginal antes del comienzo de la intervención para verificar los estudios realizados previamente y comprobar la fijación, tamaño y posición de la vagina y del cuerpo uterino.
Posteriormente y antes del inicio de la intervención quirúrgica como tal se procede a fijar el cuello del útero mediante un tipo de pinza quirúrgica llamada Pozzi. Con este tipo de pinza es posible movilizar el útero según sea conveniente durante la intervención quirúrgica. Tras la preparación del campo quirúrgico y tras el sondaje vesical se procede al inicio de la intervención quirúrgica que, de forma general, podemos describir en los siguientes pasos:
Tras el cierre de la vagina, se coloca una gasa empapada en líquidos antisépticos en el fondo de la vagina para permitir una hemostasia más correcta, a la vez que disminuye el riesgo de infección por la operación de histerectomía vaginal. Esto se mantendrá alrededor de 12 horas tras la operación.
La duración de la operación de histerectomía vaginal es de entre 45 y 80 minutos, dependiendo de las características de la paciente y de la patología indicada.
Tras la intervención, el anestesista procede al despertado de la paciente. Ésta permanecerá en quirófano hasta que recupere la conciencia, pueda hablar y moverse. A continuación se la llevará a la sala de reanimación donde permanecerá hasta estar totalmente recuperada de la anestesia.
Como se ha comentado, se traslada a la paciente una vez despierta al servicio de Reanimación, estancia intermedia entre la sala de quirófano y la planta de hospitalización donde se mantiene observada a la paciente durante unas pocas horas con el fin de asegurar que la anestesia administrada para la operación de histerectomía vaginal y revertida al finalizar ésta se ha eliminado por completo recuperando la paciente sus sensaciones habituales.
Posteriormente la paciente será llevado a su habitación individual con cama de acompañante en la planta hospitalaria que se le asignó previamente. Allí comenzará el proceso de tolerancia alimenticia generalmente transcurridas al menos 8 horas de la anestesia. El inicio de la tolerancia oral comienza con la ingesta de líquidos como agua, infusiones o zumos. El progreso normal hasta la ingesta normal de alimentos pasa por la progresión a dieta semilíquida y posteriormente a dieta blanda. La tolerancia a aumentos en la consistencia de los alimentos marcará la velocidad de la progresión en la dieta, completa siendo, generalmente en 24-36 horas.
El sondaje vesical colocado al principio de la intervención se mantiene durante las primeras 24 horas donde se procederá a su retirada. El sondaje vesical es una forma de cerciorar que no existen lesiones vesicales que puedan haberse producido durante la intervención quirúrgica.
Si tras la retirada del sondaje vesical y la compresa vaginal no se observan signos de infección ni de sangrado urinario o vaginal y se ha instaurado una dieta normal, generalmente se procede al alta hospitalaria entre las primeras 48-72 horas.
Normalmente el periodo de convalecencia para la reincorporación a actividades de la vida cotidiana suele producirse entre las 2 y las 4 semanas posteriores a la operación de histerectomía vaginal, aunque es posible que dependiendo de la características propias de cada paciente pueda producirse antes.
Generalmente se recomienda no mantener relaciones sexuales hasta las 5 o 7 semanas de la operación con el fin de permitir y garantizar la correcta cicatrización de la sutura vaginal y prevenir futuras complicaciones a medio y largo plazo.
Normalmente las revisiones con el equipo médico que ha llevado a cabo la operación de histerectomía vaginal a la paciente se producen en los primeros 15 días para una revisión del estado de las suturas y monitorizar posibles complicaciones como vamos a explicar en el siguiente apartado. La segunda consulta suele realizarse a los 30 días de la intervención.
Las ventajas principales de la operación de histerectomía vaginal para la realización de una extirpación de útero son la menor incisión realizada, sobre todo con respecto a la histerectomía abdominal; el menor tiempo de cirugía; la menor tasa de hospitalización y la menor tasa de complicaciones postoperatorias que conlleva, sobre todo si lo comparamos con la histerectomía por vía abdominal. Sin embargo, la variabilidad individual, la experiencia del especialista en ginecología, así como las indicaciones y contraindicaciones reflejadas en anteriores apartados son las que van a marcar el éxito de la operación de histerectomía vaginal.
Por consenso se tiende a considerar como la intervención quirúrgica más apropiada para la realización de la histerectomía aquella que se adapta mejor a las necesidades de cada paciente y la que estudiando el caso de forma individual ofrece las mejores alternativas y opciones con la menor tasa de complicaciones.
La frecuencia de complicaciones intraoperatorias y postoperatorias depende en gran medida de los riesgos relativos de la paciente, como pueden ser la edad avanzada, enfermedades concomitantes (particularmente la diabetes, anemia, trastornos de coagulación, cáncer, inmunodepresión, obesidad, etc.) Por clasificar de alguna manera estas posibilidades podemos decir que las complicaciones más frecuentes en la operación de histerectomía vaginal son:
La operación de histerectomía, sea por el abordaje que sea, tiene una serie de consecuencias para la mujer que se ha sometido a este tipo de intervención quirúrgica. La primera de ella es directa y se establece por la extirpación del útero, la imposibilidad para poder concebir descendencia en la propia mujer.
Si la extirpación del útero viniera acompañada también de la extirpación de los ovarios en una mujer que no hubiera entrado en la menopausia aún, es posible que la paciente empiece a notar los efectos de la misma ya que con la extirpación de los ovarios también se produce un desajuste hormonal que simula la carencia hormonal de esta etapa de la vida. En cualquier caso hoy en día se cuentan con un gran arsenal terapéutico que puede minimizar en gran medida todos estos síntomas menopáusicos.
La extirpación del útero en la mujer no debería tener una repercusión a medio o largo plazo en lo que respecta a las relaciones sexuales. En condiciones normales, tras una operación de histerectomía vaginal, no se suele recomendar el inicio de las relaciones sexuales antes de las 5 o 7 semanas.
La razón para esta norma es que la herida y la sutura de la cúpula o parte superior de la vagina están todavía muy recientes y puede ser peligroso someterla a presiones antes de que la cicatrización sea lo suficientemente consistente. Posteriormente a esta fecha, la vida sexual de la mujer sometida a una histerectomía por vía vaginal suele ser completamente normal. El útero no interviene nunca en la vida sexual de la mujer por lo que su extirpación no debería afectar a ésta en ningún caso. En muchos casos, la vida sexual de la mujer mejora ya que los miomas de gran taqmaño pueden provocar que las relaciones sexuales sean dolorosas.
En el precio de la operación de histerectomía vaginal se incluyen todos los recursos, tanto materiales como humanos, para llevar a cabo la intervención. Entre estos recursos encontramos el alquiler del quirófano, la estancia en habitación individual con cama de acompañante en hospital privado, la medicación necesaria durante la intervención, los honorarios de los médicos, anestesista y equipo de enfermería, visitas postoperatorias, el preoperatorio completo, etc.
Además, el precio de la operación de histerectomía vaginal es cerrado y con todo incluído, sin cuotas previas y sin sorpresas finales, el precio final será el mismo que encuentra la paciente al entrar por primera vez a la web.
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