Toda la información sobre el parto normal y el seguimiento del embarazo durante el tercer trimestre
El seguimiento del tercer trimestre de gestación consiste en analizar, observar y evaluar que el embarazo transcurre correctamente, es decir, que el feto se desarrolla favorablemente y la madre presenta una buena salud, además de la realización de las pruebas pertinentes e imprescindibles para descartar cualquier riesgo y preparar a ambos para el parto.
En cuanto al parto normal, es el proceso por el cual la embrazada da a luz a su bebé. Se trata del proceso más común por el cual se dan los nacimientos hoy en día. Destaca por características como, por ejemplo, comienzo del trabajo de parto espontaneo entre la semana 37 a la 42 completas, expulsión del feto por vía vaginal y la combinación de un trato humanizado e íntimo junto a la vigilancia médica.
En esta página encontrarás toda la información necesaria sobre el seguimiento del embarazo desde la semana 28 hasta el día del parto y sus fases, así como las pruebas, intervención médica y las ventajas tanto de este tipo de parto como las que te ofrecemos en Operarme.es.
¿En qué consiste un parto normal?
El parto normal se caracteriza por ser asistido sin la utilización de procedimientos terapéuticos que alteren el proceso espontaneo de dar a luz.
Este procedimiento comienza de forma espontánea, cuando el bebé se encuentra en posición cefálica (cabeza abajo) entre la semana 37 a la 42 completas. Este tipo de parto suceden por la vía vaginal, sin uso de instrumental y en definitiva, considerados de bajo riesgo.
Durante este tipo de parto, la asistencia al parto no intervenido es fundamental la labor de vigilancia del estado materno y del bebé, así como la asistencia psicológica a la parturienta y a su familia, por parte del personal asistencial. Se trata de un acto “humanizado”, más íntimo y natural, sin renunciar a la aportación científica.
Para realizar este tipo de procesos es sumamente necesaria una preparación física durante el embarazo mediante relajación y respiración, y una vigilancia continua del bebé durante el parto con monitorización del período expulsivo. A ello cabe sumar la importancia de la presencia de la pareja durante el parto y la creación de un ambiente afectivo adecuado para la futura madre.
Respecto a la estimulación del parto haciendo uso del goteo oxitócico y el uso de otras drogas, en este tipo de procedimiento solo se aplican cuando el parto se aleja de la normalidad, situaciones como, por ejemplo, cuando la madre necesita adoptar la posición semisentada o, en caso de que se produzca la amenaza de sufrimiento del bebé, se procede a una extracción fetal profiláctica. Sin embargo, si todo procede con naturalidad, el Obstetra, se limitará a vigilar la expulsión y solo hará la episiotomía (incisión entre el periné, desde la vulva hacia el ano, con el objetivo de evitar el desgarro del tejido durante el parto y facilitar la expulsión) en caso de ser necesario.
El parto normal está indicado para mujeres y bebés sanos, es decir, sin patologías o afecciones de salud, tales como parto pretérmino (antes de las 37 semanas), hipertensión durante el embarazo, embarazo múltiple, crecimiento intrauterino restringido, etc., en definitiva, que no corran ningún tipo de riesgo a lo largo de todo el embarazo así como, mujeres preparadas a nivel psicológico y biológico.
Te invitamos a continuar leyendo para conocer con mayor detalle en que consiste el parto normal así como, conocer cómo serás atendida durante el tercer trimestre de la gestación hasta dar a luz a tu bebé.
Razones para un parto normal frente a otros tipos
Como has podido comprobar, las características del parto normal son las razones por las que destaca este procedimiento frente al resto, siendo el tipo de parto más común. Se trata de un proceso que reúne tanto los beneficios y seguridad de los procesos médicos, así como la cercanía, cuidados y respeto del tratamiento humanizado.
A continuación te explicamos algunas de las diferencias que existen entre el parto normal frente al resto de tipos de parto:
- Parto natural: a diferencia del parto normal, no se utiliza ningún tipo de medicación o monitoreo durante el parto, por lo tanto la intervención médica es mínima o nula. Todo depende de la capacidad de la madre y su intuición. Durante este tipo de parto es complicado prevenir complicaciones o contratiempos de forma inmediata, de modo que los riegos pueden ser mayores que frente al parto normal.
- Parto en casa: este tipo de parto se lleva a cabo en el domicilio de la parturienta sin ningún tipo de ayuda médica, solamente con la que pueda obtener de su pareja o familiar que la acompañe en el momento de parto. Hoy en día, los Especialistas advierten de que dar a luz en casa sin atención sanitaria, pone en riesgo la salud tanto de la madre como del pequeño en caso de que surjan complicaciones médicas y no sean atendidas correctamente.
- Parto en agua: aunque cada vez se trata de un procedimiento más común, siguen siendo pocos los que ocurren en hospitales, dado que no todos los centros médicos tienen instaladas bañeras especiales para el paro. Este tipo de parto, destaca por disminuir el dolor y aumentar la comodidad a la hora de dar a luz. Sin embargo, algunos médicos señalan que el parto en el agua aumenta la posibilidad de aparición de infecciones y en casos específicos, que el bebé aspire inmediatamente tras la expulsión y pueda asfixiarse.
- Parto por cesárea: se trata de una intervención quirúrgica, por la que el bebé es extraído por la zona abdominal y no expulsado por la vagina. A diferencia del resto de partos, se trata de un procedimiento que normalmente se indica cuando tiene un embrazo de alto riesgo, el bebé viene de nalgas o existen patologías que pongan en peligro al bebé o a la madre si se da a luz de forma normal.
Está bien, seguramente aun sigues con alguna que otra duda sobre esta etapa de tu vida y sobre todo, en cómo será la etapa de las visitas de control, las pruebas y otros aspectos hasta culminar con el parto y tu bebé en bazos. A continuación, te lo explicamos punto por punto, esperamos que te sirva para salir de dudas y tomar la mejor decisión.
Consulta con el Ginecólogo que llevará el parto
Si has decidido llevar tu embarazo de forma privada y tienes la intención de finalizarlo por el procedimiento del parto normal, deberás conocer, en primer lugar, al Ginecólogo que llevará tu parto. Nuestros Especialistas se encargarán de conocer al detalle tu situación y el estado de tu bebé desde la primera consulta.
Durante la primera cita, estudiara tu historial clínico, valorando aspectos como antecedentes familiares, riesgo de aborto, patologías importantes, alergias, intervenciones quirúrgicas, tus hábitos de vida, alimentación y cualquier dato relevante desde el punto de vista médico. De esta forma, se asegurará que estás llevando un embarazo normal o de bajo riesgo, confirmando que el parto normal será posible en tu caso.
El Especialista se encargará de seguir el control de la gestación así como será el encargado de estar a tu lado y ayudarte durante el parto, de forma segura y, lo más cómoda posible tanto para ti como para tu hijo.
Desde la primera consulta, se encargará de solicitar las pruebas necesarias como, por ejemplo, análisis (sangre y orina) y ecografías. Además, de remitirte a otros Especialistas en caso de ser necesario.
Por otro lado, el Ginecólogo te remitirá a la Matrona, quien te ayudará durante todo el embarazo, para sobrellevarlo de la mejor manera posible. Te realizará los controles de tensión arterial, el peso y te resolverá las dudas que te vaya surgiendo, dándote recomendaciones, charlas y cursillos sobre la preparación del parto o la lactancia, entre otros.
Si estás pensando que la mejor opción para ti y tu bebé es tenerle por el parto normal, ya puedes solicitar una cita de valoración gratuita, inmediata y sin compromiso con una de nuestros Especialistas en Ginecología y Obstetricia, clicando en la siguiente imagen:

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Solicitar citaEs curioso lo rápido que pasan las semanas durante el embarazo, y ya verás como el tercer trimestre se te pasa volando, es la recta final de la gestación, ya casi lo tienes en tus brazos. En el siguiente apartado puedes encontrar los cambios que experimentaras durante esta fase y las pruebas que se te realizarán para controlar que todo evoluciona correctamente.
Tercer trimestre del embarazo paso a paso
Ya queda poco, la última etapa da comienzo y con ella te estás acercando a la gran llegada del nuevo miembro a la familia.
Durante este tercer trimestre del embarazo, tu cuerpo se está preparando para el gran acontecimiento, empiezas a notar el cansancio y, seguramente, el pequeño empieza a pesar.
A partir de la semana 26 te encuentras con un bebé en pleno desarrollo en tu interior, con un peso aproximado de un kilo y unas dimensiones de 23 cm, que ya realiza movimientos apreciables y más continuados.
A continuación, te explicamos detalladamente cómo se va a desarrollar esta etapa, tanto los cambios que vas a notar tú como las pruebas que se irán realizando en el hospital:
Semana 28
A partir de la semana 28 de embarazo, tu bebé ya presenta un sistema nervioso igual al de un recién nacido, esto quiere decir, que ya es capaz de ir recopilando pequeños conocimientos. Podrá reconocer tu voz y asociarlo a un sonido agradable, así como alguna pieza musical. Además, tu bebé empieza a tener más grasa bajo la piel lo que le otorga un aspecto más rellenito y de forma redondeada, en definitiva, un aspecto mucho más sano.
Durante esta semana y las siguiente, es muy común que empiece a costarte conciliar el sueño, por un lado, porque él bebé se mueve más y adoptar una postura cómoda, para ambos, es más complicado. Por otro lado, además de la acumulación de casación a consecuencia de los movimientos del pequeño, es normal que te cueste más dormir por la liberación de unas hormonas sexuales que controlan el sueño y la vigilia. Consulta con el Especialista o con la Matrona, la toma de infusiones o rutinas de ejercicios que te ayuden a dormir para tener más energía al día siguiente.
La prueba que se realiza durante esta semana es:
- Ecografía: esta prueba permite evaluar el crecimiento y bienestar del bebé dentro del útero. Gracias a esta prueba se pueden descartar malformaciones, evaluar el desarrollo anatómico del feto, el crecimiento, la posición, calcular la edad gestacional, oír sus latidos, observar el estado de la placenta y del líquido amniótico, calcular el peso del bebé,…
Durante esta prueba volverás a verle y podrás saber con seguridad su sexo. Te informarán del estado en el que se encuentra, peso, medidas, te explicarán que sus órganos ya se han formado por completo y ahora están en proceso de maduración.
Semana 32
Durante la semana 32 de embarazo, comienza oficialmente el 8º mes. En este momento tu bebé debe medir aproximadamente 42 centímetros y pesar más o menos 2 kilogramos. Notarás que se mueve muchísimo, como si estuviera jugando un partido de fútbol.
A partir de este momento, ya es normal que tenga los ojos abiertos y parpadee, así como reconozca con facilidad de los sonidos o voces que percibe desde el exterior. Su cerebro está perfectamente formado, así como sus huesos endurecidos.
En cuento a ti, es muy frecuente que aumenten de peso más rápidamente y probablemente, más de lo que esperabas, esto ocurre porque el desarrollo fetal del bebé es más acelerado. En este momento, las contracciones de formación suelen ser más evidentes y corresponden a la preparación del útero para el parto.
La prueba que se realiza durante esta semana es:
- Ecografía: se trata de una prueba rutinaria, en la que podrás ver a tu bebé y todo lo que ha crecido en las últimas semanas. El Especialista te dará a conocer las medidas, peso y posición del pequeño. Además, valorará el estado de la placeta y del líquido amniótico.
Semana 34
La semana 34 comienza con nuevos detalle sobre tu bebé y los cambios que sigues experimentando sobre tu cuerpo.
En esta etapa, tu bebé mide aproximadamente 46 centímetros y pesa 2,2 kilos. Continúa acumulando grasa bajo su piel, preparándose para su llegada al exterior. Al igual, que sus pulmones ya están maduros. También, ya le ha crecido el pelo y las uñas, por lo que el vello que le recubre con una fina capa (ianugo) se ha perdido.
En cuanto a ti, el cuello uterino ya debe haberse acortado notablemente y tu vientre está más bajo. Esto se debe a que el pequeño se está colocando en la posición de parto, por lo que notaras mayor presión sobre el cérvix y algunas contracciones uterinas.
La prueba que se realiza durante esta semana es:
- Ecografía: durante la prueba, el Ginecólogo observará, a grandes rasgos, cómo se desarrollará el parto, descartando complicaciones o si existe la posibilidad de algún tipo de limitación para dar a luz con normalidad por la posición del feto. Además, tal y como se hizo en las ecografías anteriores, el Especialista te informará sobre el peso, medidas, posición y desarrollo de tu bebé.
- Consulta: Durante la consulta, el Especialista resolverá cualquier duda que te vaya surgiendo. Te explicará detalladamente los planes sobre el parto, comentará tu estado de salud y el de tu bebé. De modo que no debes preocuparte de nada, estás en las mejores manos.
Semana 36
En la semana 36 de embarazo, tu bebé comienza a recibir anticuerpos de ti a través de la placenta, por lo tanto, empieza a inmunizarse de algunas enfermedades del exterior. En cuanto a su crecimiento, en este momento tu pequeñín pesa, aproximadamente, 2,6 kilogramos y mide unos 48 centímetros.
Respecto a la futura mamá, tu barriga no para de crecer, a un ritmo más acelerado que durante los dos trimestres anteriores. A su vez, tu vientre está más bajo y te es más sencillo respirar, debido a que la cabeza del bebé está, prácticamente, encajada en la pelvis. Aunque te será más fácil respirar, la presión del útero sobre tu vejiga aumentará y tendrás ganas de ir al baño más a menudo. También es común que sientas calambres sobre la zona del suelo pélvico, podrás aliviarlas con masajes.
A partir de esta semana visitarás al ginecólogo con mayor frecuencia, pero no nos adelantemos y hablemos de las pruebas de control que se realizarán esta semana:
- Analítica del tercer trimestre: durante la vista de control durante esta semana 36, te realizarán un análisis completo de sangre y orina, para descartar cualquier infección. También volverán a repetir el hemograma, las pruebas de hepatitis B y de las ETS. Además se revisarán tus valores de coagulación en la analítica.
- Prueba de Estafilococo: esta prueba es muy importante, se trata de un exudado vagino-rectal, que consiste en la toma de una muestra de la zona y la realización del cultivo. Gracias a esta prueba se determina la posibilidad de contagio infeccioso al bebé a través del canal del parto con la bacteria llamada estreptococo del grupo B. En caso de dar positivo, el Especialista te prescribiría antibióticos profilácticos que consiguen eliminar todo riesgo de contagio al bebé.
Semana 38
Con la semana 38 comienza la cuenta atrás para el nacimiento de tu bebé. Normalmente a estas alturas tu hijo supera ya los 3 kilos y sus dimensiones se mantienen alcanzando los 48 centímetros aproximadamente. Es en este momento, cuando la fina capa de grasa que lo recubre se va deshaciendo y permanece en el líquido amniótico, ello conlleva que su piel sienta con mayor intensidad el tacto con el agua que lo rodea.
Como ya sabrás, a partir de esta semana entras en la “zona de parto”, es decir, aun puedes tardar cuatro semanas en tener a tu hijo o bien llegar en cualquier momento si el bebé considera que está preparado.
En cuanto a tu cuerpo, existe la posibilidad de que sigas aumentando de peso, aunque ya de forma mucho menos evidente así como, no aumentar durante las últimas semanas. Tu vientre está muy bajo, pero ya no aparecen más cambios notorios, aunque los días te parezcan más largos y el cansancio o las dificultades para dormir se acentúen.
Pasada una semana desde la anterior visita con el Obstetra, durante la semana 38 tendrás una cita con la Matrona quien estará a tu lado para realizarte la prueba de monitorización fetal. Esta prueba consiste en:
- Monitorización fetal: esta prueba se realiza para controlar el bienestar del bebé en las últimas semanas. Gracias a esta prueba se chequea el latido del corazón del bebé y sus movimientos (actividad uterina). Además, la monitorización nos da información sobre el funcionamiento placentario y la oxigenación fetal. También es posible aprovechar esta prueba para examinar la madurez del cuello uterino (el estado de disminución del cuello del útero).
Esta prueba tiene una duración de 30 minutos. Para realizarla se colocan unas correas o cintas elásticas sobre tu vientre, estas cintas llevan incorporados dos transductores, uno para controlar los latidos del corazón del bebé y otro para analizar sus movimientos. La información que se va obteniendo durante la prueba se va grabando sobre un gráfico, similar al de un electrocardiograma.
Semana 39 Monitores con Matrona
¡Ya falta muy poco para el nacimiento del bebé! Alcanzada la semana 39 de embarazo el pequeño tiene un peso aproximado de 3 – 3,5 kilos y una longitud entre 50 – 52 centímetros, aproximadamente.
En cuanto a su desarrollo, está completamente listo para llegar al mundo, sus órganos están formados por completo y son totalmente funcionales. De modo que solo queda esperar a su decisión de nacer.
Tu cuerpo también está listo para dar a luz, a estas alturas, tu útero está completamente dilatado y el abdomen se encuentra en su máximo tamaño. Sabemos que debes de sentirte agotada y algo nerviosa. Pero intenta tranquilizarte y entretente recordando los ejercicios de preparación al parto, revisa que tienes todo preparado para tu bebé y para ti, ya queda muy poco para el gran momento.
Tal y como te comentábamos, a partir de la semana 38 las visitas al centro será más frecuente y visitarás a la Matrona cada semana. Durante la semana 39 volverá a realizarte la prueba de monitores, revisando que todo marcha correctamente y, tu estado y el de tu pequeño son los idóneos hasta que llegue el día del nacimiento.
Te recordamos en que consiste esta prueba:
- Monitorización fetal: cuando llegues a la clínica, la Matrona, te colocará unas cintas con transductores alrededor del vientre. De esta manera, podrán observar y conocer el estado de tu bebé, sus latidos cardiacos y los movimientos uterinos. Así podrás conocer si todo va bien y, en caso de ser el momento, saber si presentas contracciones y si el momento de dar a luz es inminente.
Semana 40
A estas alturas, alcanzada la semana 40 de embarazo, tu bebé tiene el tamaño completo y está totalmente preparado para nacer. El vérmix, la campa de grasa que lo recubría ha desaparecido quedando algún resto entre los pliegues de la piel, por tanto, se encuentra en contacto directo con el líquido amniótico.
El tamaño puede variar entre los 50 y 53 centímetros y, su peso entre los 3 – 4 kilos. Cumplidas las 40 semanas, el parto puede iniciarse en cualquier momento. La sincronización para que esto ocurra suele depender de los pulmones del niño y el estado de la placenta. Cuando los pulmones están maduros, comienzan a segregar proteínas al líquido amniótico y alteran la producción de hormonas. Esto conlleva que la placenta reduzca la emisión de progesterona, provocando la producción de oxitocina. Esta hormona regula las contracciones del útero, indicando el inicio del parto.
En caso de que aún no te hayas puesto de parto durante la semana 40, volverás acudir al centro médico el día de la cita con la Matrona y el Ginecólogo, quienes estarán a tu lado durante la prueba de monitores. En este momento comprobarán el estado del bebé, sus latidos y los movimientos uterinos. Te informarán de todo y analizarán que tanto tu salud como la del pequeño no corren ningún tipo riesgo hasta el momento del parto normal.
Semana 41 Monitores con Matrona y Ginecólogo
Si aún no has dado a luz, intenta relajarte y mantener la calma, cada bebé tiene sus ritmos de crecimiento y preparación. Además, en la mayoría de los casos, los nacimientos se dan bien dos semanas antes o dos semanas después de la fecha esperada, solo el 4 – 5% de los bebés nacen en la fecha prevista del parto.
En este momento, tu bebé está listo, solo queda esperar. Su tamaño puede que ya no varié por lo que sigue en sus medidas de 48 – 53 centímetros y un peso entre 3,5 – 4 kilos, dependiendo del sexo de cada bebé.
Por otro lado, siempre y cuando, no te hayas puesto de parto, tendrás una cita de nuevo con el Ginecólogo y la Matrona, revisarán, observarán y analizarán que todo siga por el buen camino. También volverán a realizare la monitorización fetal, comprobando el estado de tu bebé, sus movimiento y las contracciones uterinas.
Semana 41 + 6 días Inducción del parto en caso de ser necesario
Entre la semana 41 y 42 te realizarán controles más frecuentes de la gestación, cada 48 – 72 horas. En las que normalmente, se realiza la monitorización fetal, comprobando la frecuencia cardiaca del bebé y las contracciones. En caso de ser necesario, también se valora el estado del líquido amniótico, a partir de una ecografía. Así como el peso, los movimientos del feto y la dilatación del cuello uterino.
En caso de que el trabajo de parto no haya surgido de manera espontánea durante esta semana o si durante alguna de las pruebas se detecta signos de que la placenta no aporta los nutrientes necesarios al bebé, será necesario inducir el parto.
Parto paso a paso
El parto normal se inicia de forma espontánea, y tras una evolución fisiológica de la dilatación, termina con el nacimiento de un recién nacido sano que se adapta de forma adecuada a la vida extrauterina. El alumbramiento y el puerperio inmediato deben también evolucionar de forma fisiológica. A continuación, te explicamos con todo detalle cómo se irán desarrollando cada una de las fases que implican el parto normal:
El día del parto, es decir, cuando se inicie el trabajo de parto, suele dar comienzo con la expulsión del tapón mucoso, un flujo gelatinoso, espeso y transparente. Esto indica que el cuello uterino ha comenzado a dilatarse, lo que no quiere decir que el parto en sí comience inmediatamente.
A esta situación le seguirá el desarrollo de contracciones más doloras de lo normal, provocando molestias en la espalda, los lados e incluso, el abdomen. La frecuencia de estas irá en aumento pasado de 3 a 5 contracciones cada 10 minutos hasta llegar a 2 o 3 con una duración de 40 – 60 segundos cada 10 minutos. Con las contracciones se da la rotura de aguas, señal que indica que es hora de estar preparada para ir directamente a la clínica en caso de que aún no estés allí.
Cuando llegues al hospital, volverás a encontrarte con el personal médico que te ha estado ayudando y preocupándose por ti y el bebé durante el embarazo, el Ginecólogo, la Matrona y el equipo de enfermería, así como el anestesiólogo por si se le requiere. A continuación, el personal sanitario se encargará de llevarte a tu habitación y prepárate para el parto.
Ya instalada y realizado el chequeo de que todo progresa adecuadamente, dan comienzo las tres fases del parto:
Fase de dilatación
En primer lugar, pasarás por el periodo de dilatación. Durante esta fase las contracciones se hacen rítmicas e intensas, y provocan que el cuello del útero se acorte y se dilate. La duración es variable, aunque se suele considerar que en las primerizas dura entre 6 y 10 horas, y en el resto entre 3 y 5 horas. El cuello debe dilatarse para permitir la salida del feto, es decir, alcanzar la dilatación completa, generalmente de 10 centímetros.
Fase de expulsivo
Cuando la fase de dilatación se completa, da comienzo el expulsivo del bebé. Esta fase se da ya en el paritorio, en definitiva consiste en el proceso de salida total del bebé al exterior.
En este momento, tu colaboración es sumamente importante para lograr la salida del bebé. Dado el efecto de la compresión de la cabeza del bebé en tu periné, sentirás un enorme deseo de “empujar”, lo que conlleva que pongas en funcionamiento tu prensa abdominal. A medida que avanza esta fase, aparecerá la cabeza del pequeño y tus genitales se relajarán, hasta “coronar”, es decir, se producirá la salida completa de la cabeza siguiendo con la expulsión de los hombros y resto del cuerpecito del bebé.
En cuanto des a luz, el médico te lo colocará sobre el pecho lo que fortalecerá vuestro lazo afectivo y ayudará a la adaptación del pequeño con el ambiente exterior.
La duración del expulsivo puede prolongarse hasta 2 horas si eres primeriza, y hasta 1 hora si has tenido partos anteriores.
Durante esta fase, es posible que se requiera de la episiotomía. Se trata de una incisión en la piel y paredes vaginales que se realiza para evitar un desgarro de tejidos y, además, acortar el tiempo de expulsión del bebé.
Por otro lado, en caso de que el expulsivo se prolongue excesivamente, o si hubiera alguna riesgo de la salud del feto o materno, el médico puede recurrir a la llamada extracción instrumental del feto, es decir, ayudar a la salida del feto empleando instrumental como, por ejemplo, espátulas, ventosa o fórceps.
Fase de alumbramiento
Tras dar a luz, comienza la fase final. En este periodo se produce la separación y expulsión de la placenta, el cordón umbilical y las membranas.
Se trata de un momento muy importante, durante el cual el útero se contrae y se desprende la placenta. Esta fase no debe prolongarse más de 30 minutos. En caso de que ocurra, se realizarán maniobras para que se produzca el desprendimiento de la placenta, de forma segura y controlada.
Por otro lado, cuando el cordón umbilical ya está pinzado y cortado, la sangre que aún está contenida en su interior, así como en el interior de la placenta, puede recogerse y utilizarse para conservación privada de células madres del cordón umbilical o donarse con fines altruistas al banco de sangre de cordón umbilical, la decisión de hacerlo está en tus manos. Puedes informarte más sobre el tema preguntando al Ginecólogo, el cual te dará todos los detalles sobre el proceso y sus fines.
Tras completarse todas las fases del parto normal, tu bebé y tú seréis llevados a la habitación. Donde podrás descansar y conocer a tu hijo. Seguramente, pasadas unas horas el equipo irá a verte para comprobar que todo evoluciona correctamente, chequeando a tanto tu estado de salud como el del pequeño.
Anestesia durante el parto
Existen distintas opciones para eliminar o disminuir el dolor, porque dar a la luz duele, aunque no con la misma intensidad para cada mujer. La decisión de recurrir a la anestesia sea del tipo que sea, en principio, es tuya. Además, la elección del método analgésico dependerá de aspectos como, por ejemplo, la fase del parto en la que te encuentres, del desarrollo de estas fases en sí y, también, de tu umbral del dolor.
Cabe la posibilidad de que no requieras de ningún tipo de anestesia o fármaco durante el parto, porque estás muy preparada mental y físicamente. Así como, que elijas relajarte y controlar las molestias por medio de ejercicios de respiración o masajes durante las contracciones.
Por otro lado, puedes decidir que deseas parir con:
- Epidural: esta anestesia suprime el dolor sin dormirte y se aplica cuando ya has dilatado unos 3 – 4 cm. Este tipo de anestesia comienza actuar pasados 15 minutos aproximadamente, y lo notarás por que el dolor de las contracciones desaparece sin llegar a paralizar las piernas (las notaras más pesadas).
- Walking epidural: se aplica en dosis menores que la epidural convencional, aunque de la misma manera. Esta anestesia elimina el dolor de las contracciones, pero a diferencia de la analgesia convencional te permite caminar o moverte durante la dilatación, sin anularte la sensibilidad de cintura hacia abajo.
El proceso para ponerte la anestesia, consiste en introducir una aguja entre las vértebras lumbares (L3 y L4 o L4 y L5) y, a través de la cual, un catéter que se dejará puesto y por el que se irá suministrando la anestesia durante el parto. Para que el proceso se realice sin complicaciones, deberás permanecer completamente quieta en posición fetal, sentada o tumbada, aguantando en medida de lo posible las contracciones.
Generalmente, la decisión la tomarás junto al anestesista, durante el tercer trimestre de embarazo, aprovechando la cita para realizarte una analítica o prueba de coagulación y un electrocardiograma, pruebas necesarias para evitar riesgos en caso de que requieras la anestesia.
De todos modos, firmarás un consentimiento informado, en el cual se especifica que conoces y asumes los riegos y posibles efectos secundarios que pueda provocar la anestesia. Al igual, que en este mismo documento, se indica que posees pleno derecho a cambiar de decisión, como sería no querer la anestesia, en cuyo caso no te la pondrá, exceptuando que el médico que te atiende lo considere necesario.
¿Cuál es la duración del parto?
Como has podido leer al inicio de esta página, el parto conlleva la superación de las diferentes fases o etapas, de las cuales cada una tiene una duración diferente. Ten en cuenta que puede variar, como todo durante el embarazo. Las etapas pueden acortarse o dilatarse en función de tus características y los ritmos de tu bebé. Los tiempos aproximados durante el parto son:
Duración de la dilatación
Si se trata de tu primer parto vaginal, la duración media de la dilatación puede ser entre 8 – 18 horas. En cambio, si ya has tenido uno o varios partos vaginales anteriores, la duración de esta fase se acorta notablemente, siendo entre 5 – 12 horas.
Durante la dilatación, la progresión no es lineal, es decir, que de una exploración a la siguiente puedes dilatar muy poquito y en la siguiente haber progresado a una dimensión mucho mayor, o viceversa. Es por ello, que es prácticamente imposible predecir desde el comienzo del parto lo que va durar todo el proceso.
Duración de la expulsión
La duración de la segunda etapa del parto, el expulsivo, si ya has tenido partos anteriores también lo sobrellevarás mucho más rápido. Sin embargo, existe otro factor que puede producir la prolongación de esta etapa, el uso de la epidural.
Si decides parir sin epidural, la duración media de la etapa suele durar unos 50 minutos si es el primer parto vaginal y, de unos 20 minutos si se trata de un segundo o tercer parto. Por otro lado, el tiempo normal para que se produzca el expulsivo puede llegar a dudar:
- Expulsivo pasivo: con epidural puedes estar hasta 2 horas si eres primípara o multípara y, 1 hora sin epidural en multíparas.
- Expulsivo activo: con epidural puedes estar en la segunda etapa de expulsivo durante 2 horas si eres primípara y, hasta 1 hora en caso de ser multípara o primípara sin epidural.
Duración del alumbramiento
La última fase del parto, el alumbramiento, puede tener una duración diferente dependiendo del uso o no de medicación. En caso de que se realice con medicación, el llamado alumbramiento activo, no debe superar los 30 minutos de duración. En cambio, el alumbramiento espontáneo o sin medicación, suele prologarse un poco más, alcanzando los 60 minutos.
Estancia hospitalaria tras dar a luz
Tras el alumbramiento, el personal que te atiende durante el parto colocará al bebé sobre tu pecho mientras realizan el chequeo del estado del pequeño. Durante estas primeros instantes, incluso, cuando ya llegues a la habitación, es sumamente importante el contacto piel con piel. Esto garantiza el lazo entre ambos y favorece a que la transición ocurra de manera óptima.
Tras haber dado a luz, deberás permanecer en el hospital al menos durante las primeras 24 horas. Sin embargo, lo más recomendable tras el parto normal es que te quedes durante dos días, durante los que te cuidarán y ayudarán a que estés descansada, cómoda y preparada para continuar con el comienzo de tu nueva vida. El tiempo que permanecerás en el centro hospitalario, estrecharás los lazos con tu hijo y recibirás recomendaciones que te ayudarán con la lactancia materna y los cuidados del recién nacido.
Tal y como te comentábamos anteriormente, estos días tu cuerpo se irá recuperando y las estructuras reestableciendo a su posición, función y tamaño normal, anterior al embarazo, por lo tanto, es imprescindible que te dejes cuidar y sigas las indicaciones del personal sanitario que te atenderá durante tu estancia.
Para que estés informada detalladamente sobre la etapa postparto y la recuperación en sí, a continuación te explicamos los puntos más importantes tener en cuenta.
Recuperación tras el parto
Ahora, que tras el parto, ya sois dos, debes saber que los cuidados y la recuperación son igual de importante para ambos. Como ya te adelantábamos, permaneceréis en el hospital durante al menos 2 días. Durante este tiempo las prioridades son que os recuperéis y establezcáis un vínculo fuerte. Para que esto ocurra de la mejor forma posible, estarás rodeada de profesionales que saben perfectamente por lo que estás pasando, ellos te ayudarán y resolverán cualquier duda que te vaya surgiendo.
Durante la recuperación tras el parto, es importante que conozcas los aspectos más comunes a tener en cuenta, por un lado, los relacionados con la evolución de tu bebé y, por otro lado, los que te afectaran a ti. A continuación, destacamos los siguientes:
Cómo se adapta tu bebé
- Cambios de su aspecto: tras el parto, la cabecita de tu pequeño se puede ver más alargada. Es por la presión que ha experimentado mientras atravesaba el canal vaginal, no te preocupes, durante las siguientes semanas se irá corrigiendo (redondeando). También, es muy común que esté más arrugadito, se debe a que aún no tiene mucha grasa bajo la piel y el prolongado tiempo que ha permanecido en contacto con el líquido amniótico, pero no hay de qué preocuparse, en unos días su piel se volverá más tersa.
- Su primera caca: se trata del meconio, una sustancia que reviste su intestino. Esta sustancia es muy oscura y debe ser expulsada durante las primeras 24 horas.
- Posible aparición de fluidos: es posible que durante los primeros días, los pechos de tu bebé estén hinchados e, incluso segreguen pequeñas cantidades de leche, tanto las niñas como los niños, se debe a las hormonas maternas. Así mismo, es posible que sus genitales estén algo inflamados y la vagina presente un ligero sangrado, estas situaciones se resuelven de forma natural sin ningún tipo de tratamiento.
- Las primeras pruebas: tras el parto y con la situación normalizada, le realizarán varias pruebas. En primer lugar, le someterán al test de Apgar, con el cual se evalúa su adaptación a la vida extrauterina, además se anotarán sus medidas, peso, perímetro craneal, etc. También, le realizarán una exploración completa de cada parte de su cuerpo, garantizando que goza de buena salud. Por otro lado, le administrarán antibiótico en los ojos para prevenir la conjuntivitis y la primera dosis de la vacuna de la hepatitis B, al igual que una inyección de vitamina K para evitar hemorragias.
- Pasadas 24 – 48 horas: tras el parto, le extraerán unas gotas de sangre realizando una punción en el talón. Esta sangre será analizada para detectar o descartar enfermedades y/o anomalías metabólicas que requieran de tratamiento. Además, también le realizarán las pruebas de audición, para corroborar que todo progresa adecuadamente.
El Ginecólogo y la Matrona os visitarán varias veces al día durante vuestra estancia en el hospital, así cualquier duda o preocupación que te vayan surgiendo, ellos podrán solucionarlo para que estés más tranquila y preparada cuando sigas la crianza en casa.
Por otro lado, antes de recibir el alta hospitalaria, el Pediatra volverá a realizar una exploración exhaustiva, comprobará los reflejos, le auscultara el pecho, examinará el estado de las caderas,… En cuanto te diga que todo va bien, podrás quedarte tranquila y volver a casa.
En caso de que el pequeño presente alguna complicación tras el parto o durante el postparto, los cuidados y tratamientos necesarios estarán cubiertos por el seguro que incluye este servicio, no tendrás de que preocuparte. Estará bajo los cuidados de profesionales cualificados, especialistas pediátricos y neonatales, que cuidarán y solucionarán cualquier problema que afecte a tu hijo hasta que vuelva estar en las mejores condiciones.
Cómo te recuperas tú
Tras el parto es muy normal que te sientas como una extraña en tu propio cuerpo. Ahora tu cuerpo vuelve a la normalidad y además se prepara para una nueva etapa, la lactancia. Así mismo, en caso de que te hayan realizado episiotomía, pueden dolerte los puntos, además del resto de molestias o dolencias comunes del postparto. Los aspectos qué debes tener en cuenta son:
- Dolores: tras el parto normal es muy común que notes dolores, principalmente, en la zona del suelo pélvico, así como es frecuente que tengas la zona inflamada. Para disminuir esta tumefacción de la zona, el Especialista te recomendará realizar los ejercicios de Kegel que consisten en tensar y relajar la musculatura en torno de la vagina. También, deberás masajearte el vientre, presionando con las manos hacia abajo. Este ejercicio te ayudará a reducir el tamaño del útero y evitará los frecuentes sangrados vaginales.
- Cansancio: tras dar a luz, puedes sentirte exhausta, débil, confusa y mareada. Tranquila es muy normal, has realizado un gran esfuerzo, durante el cual has perdido sangre y seguramente llevas mucho tiempo sin comer. Durante las siguientes horas, te irás recuperando y sintiendo mucho mejor.
- Puntos: si durante el parto te han realizado la incisión quirúrgica de episiotomía, es sumamente importante que mantengas la zona de la sutura limpia y seca. El personal sanitario, te indicará como debes limpiar la zona y aplicar el antiséptico.
- Espasmos uterinos (entuertos): es muy común que notes contracciones involuntarias, las produce tu cuerpo para reducir el tamaño del útero y para evitar las hemorragias. Este tipo de espasmos, suelen ser más dolorosas si ya has tenido partos anteriores y se suelen intensificar cuando se da el pecho. Estas molestias desaparecen pasados 3 – 6 días. Por otro lado, junto a los entuertos segregarás loquios, sangrado vaginal de color rojo intenso que se va oscureciendo y siendo menor con el paso de los días, esta segregación tiene una duración de 2 a 6 semanas.
- Recuperar tu autonomía poco a poco: normalmente, pasadas unas 4 – 5 horas tras dar a luz, podrás levantarte, comer y beber como de costumbre. Además, el personal médico te indicará que te duches e intentes ir al baño para evacuar cualquier fluido que pueda quedar en la vagina, así como hacer de vientre.
- Subida de la leche: pasadas 24 – 48 horas, notarás como tus pechos se inflaman, endurecen y empiezan a dolerte, podrás aliviar esta situación tras varias tomas. También es posible, aunque pasa rara vez, que la congestión te provoque algo de fiebre, avisa a tu médico por si acaso se da por otras razones como, por ejemplo, una infección.
- Cambios emocionales: pasar por fases de alegría extrema a sentimientos de tristeza o melancolía es totalmente normal, tus hormonas se están reajustando. Estos cambios suelen pasarse en unos días o varias semanas, además siempre contarás con el apoyo y consejos de tus médicos y Matrona para volver a la normalidad y disfrutar de tu nueva vida.
¿Estás pensando en tener a tu bebé con el parto normal? Ya puedes solicitar una cita de valoración con nuestros Ginecólogos, de forma totalmente gratuita, inmediata y sin compromiso. Nadie mejor que un profesional para asesorarte y ayudarte a tomar una decisión tan importante como esta. Haz clic sobre la siguiente imagen para la solicitar la consulta:

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Solicitar citaVentajas y riesgos del parto normal
Seguramente, esta es una de las partes que más te puede ayudar a la hora de decidir el tipo de parto por el que quieres pasar, continua leyendo para saber las características por las que destaca el parto normal, sus ventajas tanto para ti como para tu bebé. Los Especialistas destacan las siguientes:
- Tú eres la protagonista del parto: durante el parto normal, ayudas a tu hijo a nacer, aun cuando te han suministrado la epidural, tú serás quien determine el nacimiento del bebé con la mínima intervención del médico y por supuesto, sin la necesidad de instrumental.
- Unión inmediata madre hijo: estarás inmediatamente con tu hijo sobre el pecho tras dar a la luz, fomentando el lazo de unión entre ambos.
- Menor periodo de hospitalización: a diferencia de partos con intervención quirúrgica como, el parto por cesárea, tras el parto normal permanecerás apenas 2 días en el hospital.
- Recuperación postparto más rápida: al no ser necesario ningún procedimiento quirúrgico, tu cuerpo comenzará a reestablecerse mucho más rápido, tendrás una menor pérdida de sangre y el riesgo de infección o complicación postparto serán mínimas.
- Ayuda a fortalecer el sistema inmunitario del bebé: al pasar por el canal del parto, tu pequeño se impregnará de las bacterias presentes en la zona, las que ayudarán a que esté más fuerte y se adapte a la vida extrauterina.
- Mayor oxigenación: tras el parto normal el porcentaje de que el bebé sufra de insuficiencia respiratoria es ínfimo. Tras dar a luz, el bebé comienza a respirar sin problema por el mismo y a expulsar el líquido amniótico que ha estado ingiriendo mientras permanecía en tu vientre.
- Facilita la etapa de lactancia: como te comentábamos anteriormente, tras el parto normal, tu cuerpo se prepara inmediatamente para la etapa de lactancia, esta puede producirse más rápidamente cuando el contacto madre-bebé es justo tras salir del útero y el contacto piel con piel, fortaleciendo el vínculo afectivo.
Pero como en todo proceso médico, cabe la posibilidad de que aparezcan riesgos o complicaciones durante el parto normal. De todos modos suelen ser solucionados por las manos expertas del personal médico que te acompaña y ayuda durante el parto. Los Especialistas coinciden en tres situaciones que conllevan riesgos, estos son:
- Hemorragias tras el parto: a pesar de que la posibilidad de que ocurra durante un parto normal son sumamente escasas, estas posibilidades aumentan cuando eres mayor de 40 años o en caso de haber sido madre ya varias veces anteriormente. Esto se debe a que los músculos uterinos se contraen con mayor dificultad, factor que favorece la aparición de hemorragias. Esta situación también se puede dar cuando el parto se prolonga mucho tiempo o si presentas obesidad.
- Infecciones: este tipo de complicaciones se producen con mayor frecuencia cuando has permanecido demasiado tiempo con la bolsa rota. Por otro lado, en caso de que el parto finalmente requiere de intervención con instrumental o que presentes obesidad, también aumenta las posibilidades de la aparición de infecciones. De todos modos, son posibles de solucionar con la prescripción médica de antibióticos que son compatibles con la lactancia.
- Aparición de hipertensión arterial: es posible que no muestres signos de hipertensión durante la gestación o previa al parto, pero los cambios hormonales y cambios en la alimentación al final del último trimestre pueden provocar el desarrollo de hipertensión arterial. Para evitar su aparición, los Especialistas recomiendan llevar un control exhaustivo durante la gestación y no aumentar de peso de forma excesiva ingiriendo calorías de más. También, insisten en realizar ejercicio físico aeróbico incluso si nunca has hecho deporte antes.
Beneficios del parto normal con Operarme.es
El principal beneficio de tener a tu hijo por el parto normal es como has podido comprobar, tenerlo inmediatamente en tus brazos, ambos perfectamente sanos y en condiciones óptimas. A ello cabe sumar las ventajas particulares de Operarme.es entre los que destacamos los siguientes:
- Precio totalmente cerrado y con todo incluido, sin sorpresas finales ni preocupaciones, nosotros nos encargamos de todo.
- Nuestra atención al paciente es totalmente personalizada. Estarás en las mejores manos. Cuidaremos y nos aseguraremos de que recibas la mejor atención para ti y tu futuro hijo.
- Nuestros Especialistas en Ginecología y Obstetricia, son expertos en su campo, con una larga trayectoria y destacados profesionales.
- Durante el tercer trimestre de gestación, desde la semana 28 a la semana 41+ 6 días, te realizarán todas las pruebas necesarias para controlar el correcto desarrollo de tu bebé: Ecografías, Analíticas, Pruebas de Estafilococos, Monitores con el Ginecólogo y la Matrona, etc.
- El parto normal es uno de los procesos más comunes y seguros tanto para ti como para el bebé. Realizado en hospitales de referencia nacional, tras haber cumplido las 37 semanas de embarazo.
- En caso de que el bebé sufra alguna complicación, tras el parto normal, el pequeño contará con los cuidados y tratamientos necesarios cubiertos por el seguro de complicaciones durante los posteriores 5 días.
Si estás pensando en llevar el seguimiento de tu embarazo de forma privada y finalizarlo con un parto normal a través de Operarme.es, puedes solicitar una consulta de valoración gratuita, inmediata y sin ningún tipo de compromiso a través de nuestra página web o llamando al 902 90 75 45. Estarás en las manos de profesionales, expertos en Ginecología y Obstetricia que pueden ayudarte a llevar tu embarazo y el correcto desa
El Tratamiento
Parto Normal con Seguimiento del Tercer Trimestre de Embarazo
Paso a paso
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(Sólo números de España)
¿En qué consiste?
Conoces a nuestro Equipo de Ginecología y Obstetricia y decides si llevas a cabo el proceso con nosotros.
El especialista revisa las pruebas y ecografías previas, te realiza las preguntas necesarias y contesta tus dudas.
Si decides realizar el seguimiento y parto con nosotros, fija la fecha de acuerdo con el médico en la misma consulta para la primera revisión.